Algunas reflexiones acerca del tránsito entre la vida y la muerte:
En momentos como este, donde hablamos del acortamiento de los tiempos, del salto vibracional planetario y de la reconección con la Fuente es importante recordar los principios de la sanación. Diría que es primordial, pues en la ansiedad de los nuevos tiempos muchas veces olvidamos las claves del crecimiento espiritual.
Parece un hecho lo suficientemente analizado, sin embargo, donde notamos las mayores deficiencias es, en la vida cotidiana. De nada sirve el manejo de las grandes verdades espirituales si estas no tienen contrapartida en la vida diaria.
Es importante recordar que nos encontramos en un planeta denso, y eso significa que es dificultoso el camino de la sanación; más nos encontramos aquí para aprender a hacerlo.
El Planeta Tierra es un planeta de experiencias materiales o densas, algunos lo llaman planeta de experimentación. Como este hay otros planetas que son terrenos para experimentar lo atinente al crecimiento de experiencias como el desapego, el amor incondicional, el libre albedrio, el perdón, el no juicio, la aceptación, entre otros. Esto es posible porque es donde se desarrolla mejor la dualidad.
Es aquí donde en sucesivas vidas vamos aprendiendo de estos principios del desarrollo espiritual.
Una vez que se produce la muerte física, es decir, que el cuerpo físico es abandonado, el cuerpo astral con el ser espiritual sube por una columna de luz hasta el lugar donde podrá analizar esa vida con memoria y amplitud de conciencia. Ayudado por su guía personal y maestros espirituales, podrá evaluar la planificación y el crecimiento logrado.
Luego de ello planificará otra vida con los nuevos aprendizajes que deberá abordar. También se encontrará con otros seres con los que planificará en conjunto la vida que seguirá.
De esta manera elegirá quiénes serán sus padres, y su familia, como el colectivo donde se desarrollará, el país donde reencarnará, etc. Las experiencias que vivirá en cada vida son planificadas por el ser espiritual junto con otros, que serán con los que se vivirá el crecimiento.
Hasta aquí a grandes rasgos, es como suceden las sucesivas vidas y los sucesivos aprendizajes y avances a nivel espiritual.
Ahora bien; algunas veces cuando se produce la muerte física, el astral no transita fluidamente por los pasos sucesivos. De esta manera, el ser queda errando en el espacio intermedio y se transforma en lo que llamamos “ser errante”.
Los seres errantes son personas que han desencarnado o sea han muerto, pero no han seguido el tránsito esperado y por alguna razón siguen en el espacio intermedio (entre el espacio físico y el etéreo). Algunas de las razones por las que se quedan en este estado son: ignorancia acerca de cómo realizar ese tránsito; por culpas; por miedo; por no saber lo que les ha pasado; por deseo de aclarar situaciones que han quedado muy confusas; por amor; entre otras.
Estos seres muchas veces no saben que han abandonado el cuerpo físico, y se encuentran queriendo comunicarse con las personas encarnadas. De ahí que muchas veces, se oigan relatos de fantasmas, de ruidos, de presencias que se perciben; o directamente algunos puedan verlos.
Es interesante saber que el ser errante aparece con el mismo sufrimiento del momento en que murió, maneja las fechas en que esto aconteció, no tiene conciencia del momento actual, relata los acontecimientos en la época y en el lugar en sucedieron.
Por ej. Un soldado de la segunda guerra mundial que muere con la explosión de una granada en el cuerpo; aparece con esas heridas y con el mismo sufrimiento que soportó y además relata su vida en el momento histórico en que aconteció.
De ahí que muchas personas que los pueden ver u oír sientan miedo; pues se presentan con las mismas heridas y sufrimiento del momento de la muerte física
Todos ellos son hermanos que por alguna razón no han podido seguir su evolución; necesitan ayuda, por eso se quieren comunicar con aquellos que pueden oírlos o verlos.
Cuando nos comunicamos con ellos lo importante es poder sentir su sufrimiento y confusión, pues, en general, no saben lo que les ha pasado; para explicarles lo sucedido necesitamos ser capaces de poder colocarnos en sus sentimientos, emociones, comprender su proceso. Colocándonos en su lugar los ayudaremos a avanzar. No siempre es un proceso fluido, muchas veces el llegar a la explicación de la existencia de la reencarnación y del tránsito entre vidas no es fácil de comprender por ellos. Lo mismo sucede cuando se aborda el tema de la muerte física y su significado.
Cuando el cuerpo físico abandona el astral (a sea cuando se corta el cordón de plata), lo natural es que continúe transitando, ascendiendo por la columna de luz, que se encuentra cercana al cuerpo físico. La aparición de la columna de luz suele acontecer unos días antes de la muerte en las personas que tienen un proceso de muerte más lento. Esto facilita el encuentro y el tránsito. A pesar de eso no siempre se produce fluidamente. Eso depende del grado de comprensión y crecimiento de la persona.
Otras veces cuando la muerte sucede en forma violenta o inesperada, como puede ser un accidente de tránsito, una guerra, un asesinato, etc, el stress provocado hace que la persona desencarne sin que pueda comprender lo que le ha pasado.
Es común que dentro de la columna de luz se encuentren familiares o ángeles que se hacen presentes para ayudar al tránsito.
En este momento, existen gran cantidad de hermanos en esta situación, y el brindarles ayuda debiera ser parte de nuestra acción sanadora planetaria.
Es importante mencionar que los seres errantes también son maestros, pues cada vez que podemos accionar con ellos amorosamente estamos ayudándonos a nosotros mismos en el aprendizaje de la comprensión, tolerancia y amor incondicional.
Esta ayuda puede hacerse de diferentes formas; pero siempre debe implicar un sentimiento amoroso y de encuentro.
Por último es bueno resaltar que los seres errantes no quieren hacer daño, solo buscan ayuda. Necesitan de amor y comprensión, esta es la mejor manera de transformar las situaciones dolorosas por las que transitan en un acto de crecimiento y liberación espiritual.
Cristina Sanabia.
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