MISIÓN LUMÍNICA

"Misión Lumínica" es una agrupación amorosa de personas, sirviendo a la Luz, sin distinción de raza, sexo, edad, ideología, nacionalidad o religión; apoya la unión de todos los Seres Humanos entre sí y con los Hermanos del Cosmos.
Así nos definíamos allá por el año 1994, cuando empezábamos a darnos a conocer al público un grupo que desde cierto tiempo atrás veníamos reuniéndonos para analizar los problemas del mundo actual y buscar soluciones positivas.
El nombre que al principio habíamos usado para el grupo fue Misión Blanca: Misión, porque sentíamos que habíamos encontrado un mensaje y una tarea, y Blanca, por el color de la Luz pura, aquella que - como símbolo de la Conciencia Plena - era nuestro ideal. Luego cambiamos el nombre, de Misión Blanca a Misión Lumínica, porque - aunque jamás estuvo en nuestros pensamientos - queríamos evitar la posibilidad de que aquél primer nombre pudiera ser identificado con solo una raza. Realmente en nuestros corazones, todas las razas son una sola: la de la Humanidad.
El grupo fue creciendo, y entre los numerosos asistentes fueron apareciendo quienes "canalizaban" mensajes de seres existentes en otras dimensiones o en lejanos lugares del Universo. Así, entre nosotros, y con enorme sorpresa cuando ocurrió, comenzamos a establecer comunicación telepática y psicográfica con seres extraterrestres ( E.T.s) que, según decían, eran provenientes de otros planetas del Cosmos Infinito. El diálogo con ellos era fluido.
Sabíamos que el tema de la recepción de mensajes canalizados - el "channeling" - estaba extendiéndose en todo el mundo: numerosas publicaciones serias lo atestiguaban, provenientes de diferentes países.
Diversos nombres se utilizaban para identificar al que hacía el contacto: sensitivo, canal, médium, puente, contactado, etc.
Por supuesto que, como en toda actividad humana, había que separar la paja del trigo, y algunos mensajes podrían provenir simplemente de la mente inconsciente del que los recibía. Pero muchos, la gran mayoría, parecían muy serios.
Nos sorprendía la gran cantidad de personas que, individualmente o en pequeños grupos, estaban realizando canalizaciones, muchas de ellas aparentemente con E.T.s.
Coincidentes mensajes recibidos por quienes pertenecían a diversas "misiones de contacto", e incluso, en reiteradas oportunidades, en los mensajes se daban fechas, horas y lugares de futuros encuentros, y las personas que acudían a esas citas prefijadas tenían avistamientos de ovnis en el cielo (hoy podríamos llamarlas - sin duda - naves extraterrestres) y otros fenómenos: aparición de E.T.s, puertas dimensionales, recepción de cristales, etc.
En nuestros grupos empezamos - como decíamos- a establecer comunicación con maestros espirituales, espíritus de luz, ángeles, espíritus errantes, otros seres, y también con E.T.s.
Algunos los confirmamos con avistamientos, o con encuentros o sucesos muy diversos.
Y así, poco a poco, fuimos impactándonos con los datos que nos daban: anuncios de cosas que nos pasarían en nuestras vidas cotidianas, y que luego ocurrían realmente; profecías sobre aconteceres del mundo y que se cumplían tal cual nos lo decían; revelaciones de cómo habían sido ciertos hechos de la historia humana, antigua o actual, y que parecían estar mucho más cerca de la verdad que los relatos previos conocidos; y sobre todo - y esto era lo más sorprendente y fascinante - el descubrimiento, para nosotros, de que existía una fluida y continua comunicación entre las diferentes civilizaciones del cosmos, y que la de la Tierra estaba entre ellas.
De sorpresa en sorpresa fuimos recibiendo una cantidad gigantesca de conocimientos, datos, confirmaciones y aclaraciones a preguntas que hacíamos sobre los más variados temas.
Poco a poco fue estableciéndose así una confianza cada vez mayor entre nosotros y aquellos seres del espacio, que con conciencia mucho más abierta y desarrollada que la humana, y sobre todo con su benevolencia y tolerancia, nos fueron enseñando muchas cosas y dando pruebas de su amor y sabiduría, para con nosotros. Con esos seres de Luz, porque siguen -voluntariamente y libremente- lo que Dios propone, profundizamos los contactos, ya que vibraban armónicamente con nuestro espíritu; y con su cercanía aprendimos a reconocer nuestros errores y nuestros aciertos, y crecer interiormente más y más, valorando más lo que emergía de nuestros corazones que lo que resultaba del frío razonamiento de nuestras mentes.
Pero en algunas ocasiones, por ciertas circunstancias como ayudar a algunas personas a liberarse de entidades negativas, también nos hemos comunicado con seres de las Sombras (ellos se autodenominan del "Nuevo Orden", porque no aceptan el Orden o Plan que Dios propuso y crearon otro, apartándose de Dios), y de esas experiencias -muy fuertes a veces- aprendimos mucho, sobre todo a valorar más lo que es la Luz y los valores que en ella se asientan: Solidaridad, Libre Albedrío, Amor, Paz, Libertad, Verdad, Humildad, Ternura, Sensibilidad, Compromiso y Ayuda a los más necesitados, Justicia, Respeto, Espiritualidad, Cooperación, Vida Comunitaria. Los seres del Nuevo Orden predican lo contrario a todo esto.

Aquellos hermanos en la luz nos fueron explicando, con total humildad y gentileza, como eran sus civilizaciones, como vivían allá en sus planetas, y como habían atravesado ellos también duras pruebas, las mismas que estamos atravesando ahora nosotros, en el mismo camino de la Evolución hacia lo Superior.

Y sobre todo nos enseñaron a ver las cosas terrestres con una visión cósmica, mucho más amplia, animándonos a romper esquemas mentales cristalizados, dogmatizados, corrompidos o desvirtuados, y a mirar más allá de la simple percepción sensorial. En ese dialogo tuvimos que aceptar tanto las grandezas de la humanidad como los profundos errores que hemos cometido y seguimos cometiendo con total alevosía contra los propios seres humanos, contra los demás seres vivos que nos acompañan (vegetales, animales y quizás otros) y contra el bello planeta que nos sustenta.

Nos confirmaron lo que básicamente todos los grandes Maestros de la tierra (Jesús, Buda, etc.) siempre han dicho; que Dios existe, que el ser humano es un ser espiritual con varios cuerpos o vehículos, que la vida consciente sigue más allá de la muerte física y que en este planeta se evoluciona todavía a través de la reencarnación, o sea un espíritu o esencia viviendo en sucesivos egos.



Dirección de correo electrónico:

movimientotierraluz@gmail.com


29 de diciembre de 2018



                                                                    AÑO 2019.-

Otro año, otro balance. Ha pasado otro año y podemos reflexionar para poder sintetizar y organizarnos para continuar. Es solo para aprovechar las fechas, es más común hacerlo ahora que otros momentos del año.
Como avanza la humanidad, y como lo hacemos cada uno de nosotros?
Sin lugar a dudas, la concentración de poder continúa en un auge insospechado y difícil de prever un cambio en este aspecto. Millones de seres humanos condenados a refugiarse en otros países, otros millones expulsados y excluidos.
Violaciones, abusos, violencia. Hechos que sucedieron siempre solamente que ahora tenemos conocimiento y quizás estemos avanzando en la conciencia de nuestros derechos.
Año de revolución de las estructuras, la revolución de las mujeres cuestionando desde las entrañas uno de los orígenes de la concentración de poder.
En muchos de los discurso del feminismo, el amor aparece como elemento de transformación; amor en el sentido incondicional de la palabra,  de libertad, respeto, identidad y encuentro humano.
Otros grupos recordando el cambio climático, la defensa de los animales, la calidad de vida, los derechos humanos.
Quizás haya muchos millones de seres humanos reaccionando y reflexionando acerca de una transformación más luminosa.
Pero aún difícil de detectar masivamente pues parece prevalecer la oscuridad y la concentración de poder en todos sus aspectos.
En medio de todo esto pareciera estar lejos una humanidad basada en valores más éticos y más amorosos.
Este dilema que a veces llega de desvelarnos nos lleva a pensar que sí, hay un cambio posible, o por lo menos el cambio posible que se encuentra a nuestro alcance; ese  es el cambio interior.
El cambio interior significa un proceso que nos lleve a reconocernos y encontrarnos con nosotros mismos. Para luego de aceptarnos con nuestras luces y sombras poder decidir sobre qué zonas queremos intervenir para modificarnos. Esto significa el primer escalón  pero también el más difícil, pues necesita navegar hacia nuestro interior, significa la posibilidad de bucear en nuestro interior para poder conocernos.  O sea necesitamos una reflexión consciente y voluntaria. Significa tomar decisiones, y esto puede llegar a volverse un acto de valentía. Se necesita coraje, intención y darle sentido a este proceso.
Tenemos que tener en cuenta que nos encontramos en un mundo consumista y que escinde al ser humano pero sobretodo nos aleja del nuestro interior al deslumbrarnos continuamente con el mundo del consumo. Por tanto la decisión de hacer el viaje interior, de por si significa revertir el status quo.
El salto vibracional planetario hace que la dualidad se manifieste; esto significa que se evidencia lo mejor y lo peor de las personas y de las sociedades.
Desde lo personal vemos el aumento de los hechos violentos, las descompensaciones psiquiátricas por trastornos desadaptativos, las crisis de stress, los suicidios, etc.; o sea las descompensaciones de la salud mental, que seguirán aumentando en la medida acorde al salto cuántico del planeta.
No podemos perder de vista este hecho que cruza absolutamente toda la vida cotidiana y el interior de las personas.
Por otro lado también comienzan a aflorar los aspectos lumínicos, el amor incondicional, la preocupación por mejorar nuestro interior, los grupos humanos, el contacto con la naturaleza, la solidaridad, etc.
Para nosotros el cambio interior es fundamental pues no solo sucede en lo individual sino que se transfiere a los colectivos de contacto.
Conocimiento interior, aceptación de nosotros mismos con luces y sombras, amor incondicional, intención de transformación, perdón, no juicio; estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta cuando comenzamos el camino interior.
Un camino con dificultades pues significa reconstruir, recordar, reconocernos como seres individuales, colectivos y en crecimiento.
Supone empoderarnos, ser dueños de nosotros mismos; por tanto tomar decisiones y hacernos cargo de las consecuencias y responsabilidades de este hecho.
En este camino lo que hacemos por nosotros también se hace por los otros; se replica en el afuera lo que sucede en nuestro adentro.
Por supuesto que no todos están dispuestos, pero muchos si lo estamos haciendo día a día, sin prisa y sin pausa. Nos iluminamos e irradiamos luz y nos juntamos con las luces de nuestros hermanos; y así vamos armando armando la red lumínica planetaria.

Sasha






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